Fablab, ProINN y el Semillero USM son algunas de las iniciativas de la Casa de Estudios que les permiten desarrollar herramientas y habilidades en esta materia.
Trabajo en equipo, comunicación efectiva y aplicación real de lo aprendido en el aula son algunas de las habilidades y competencias que los estudiantes de la Universidad Técnica Federico Santa María están desarrollando, a través de diversas iniciativas institucionales que potencian la innovación y el emprendimiento en los procesos formativos.
Por medio de concursos, desafíos o espacios pensados para la creatividad y el ingenio, proyectos como el Fablab, ProINN y el Semillero USM destacan por su contribución al fortalecimiento de estas habilidades, cada vez más importantes para la formación de profesionales integrales que respondan a las necesidades de la industria y la sociedad.
En el caso del Semillero USM, iniciativa impulsada por el proyecto Ingeniería 2030, actualmente se encuentra en la tercera etapa de su versión 2020, en donde 30 equipos están ejecutando el financiamiento recibido, participando de talleres para complementar sus conocimientos y recibiendo apoyo para concretar entrevistas con potenciales clientes.
Sobre esta última versión del programa, que busca ayudar en la formación de los estudiantes para fortalecer sus competencias en innovación y emprendimiento, Daniela Aguilera, coordinadora de la iniciativa, destaca que este año “todas las actividades fueron online, lo que permitió más participación y fortalecimiento de la difusión del programa. Hubo más entrevistas y charlas que nos ayudaron a levantar las necesidades del ecosistema y así potenciar los proyectos”.
Respecto al impacto del semillero en los estudiantes, Aguilera valoró que “han sido constantes, hoy contamos con 160 personas en 30 equipos que avanzan constantemente. El semillero es un programa cocurricular que da oportunidades para probar, aprender a emprender y a la vez conformar equipos con estudiantes de otras carreras. También a generar redes, adquirir conocimientos y trabajar en equipo”.
Un espacio para crear e innovar
Durante los últimos meses, y en medio de la pandemia de coronavirus en Chile, un grupo de estudiantes participantes del laboratorio de prototipado Fablab USM ha contribuido con más de 10 mil escudos faciales, elaborados en dicho espacio y entregados a personal médico de distintas regiones del país. Sobre esta experiencia Maximiliano Rivera, director de esta iniciativa, explica que tanto el espacio como la ayuda a los hospitales nació desde los estudiantes, cuyo trabajo ha sido respaldado por la Universidad.
Rivera, quien además es profesor del Departamento de Física, señala que “el lugar está hecho para que los alumnos desarrollen sus iniciativas libremente. Por ejemplo, hay varios proyectos extracurriculares que trabajan acá, en construcción de autos y hasta drones solares. Se ha formado una comunidad muy afiatada y colaborativa, en donde se comparte el conocimiento y hay ayuda mutua, una sinergia interdisciplinaria de la que al menos yo no he visto precedentes”.
Respecto al impacto en los procesos formativos, el coordinador de la iniciativa destaca que “en materia de colaboración, por ejemplo, no es lo mismo que alguien te designe en un grupo, a poder formar un equipo en torno a un proyecto de interés personal. No se siente igual recibir una mala nota, a fracasar en un emprendimiento en el que dejaste tiempo e incluso dinero. La colaboración constante interdisciplinaria y la experiencia que se vive en el Fablab marca el desarrollo profesional de quienes participan”.
Solucionar problemas reales de la industria
Orientado hacia la enseñanza basada en desafíos, el Programa de Innovación en Procesos Industriales, ProINN USM busca aunar el trabajo entre estudiantes, empresas y profesores de la Casa de Estudios para generar innovación en base a problemáticas reales de la industria, entregando a los alumnos participantes del taller la oportunidad de aplicar lo aprendido en el aula y desarrollar herramientas de trabajo en equipo, multidisciplinario e intergeneracional.
Para Rodrigo Benavides, profesor del Departamento Ingeniería Química y Ambiental, y coordinador de la iniciativa, “la motivación del alumno es diferente cuando se enfrenta a un desafío real, porque puede generar interés en la industria, sus resultados pueden ser reconocidos y beneficiarlo, además se produce un fenómeno muy interesante, que es el aprendizaje entre pares”.
Próximo a comenzar una nueva versión en el segundo semestre, en formato online y abierto a los estudiantes de todos los Campus y Sedes de la Institución, Benavides destaca que en el taller es posible observar que “los alumnos se dan cuenta que pueden enfrentar y resolver problemas de la industria, y cuando eso pasa, comprenden lo que significa ser ingeniero, aumentando la confianza respecto de sus capacidades”.
Fuente: Noticias USM.