El proyecto, liderado por Carlos Fuhrhop y Felipe Tapia, busca implementar la producción continua de vacunas, además de formar capital humano especializado y recuperar la capacidad estratégica del país en manufactura de vacunas.

Carlos Fuhrhop y Felipe Tapia, exalumnos de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), lideran un proyecto innovador en la Universidad Austral de Chile, Valdivia. Se trata de la creación de un laboratorio experimental para la producción de vacunas, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad de la Región de Los Ríos.

Este laboratorio tiene como objetivo investigar un enfoque innovador: la producción continua de vacunas. Según Felipe Tapia, ingeniero civil químico de la USM, quien comenta que «esta tecnología permite reducir significativamente los costos de producción y el tamaño de las plantas, lo que es ideal para un país como Chile». Este método no solo es eficiente, sino que también sienta las bases para un modelo más accesible y adaptable a las necesidades locales.

Además, el proyecto busca formar capital humano especializado en áreas como la ingeniería civil electrónica con especialidad en control de procesos, ingeniería química, ingeniería bioquímica, farmacéutica y veterinaria. «Queremos que los estudiantes y futuros profesionales comprendan cómo se producen las vacunas desde un enfoque técnico y puedan aplicar este conocimiento en Chile», agrega Carlos Fuhrhop, ingeniero civil electrónico de la casa de estudios.

La iniciativa se desarrolla en un contexto donde Chile perdió su capacidad de producir vacunas localmente en 2007. «No se trata de producir vacunas masivamente, sino de garantizar un suministro estratégico para situaciones críticas, como proteger al personal esencial y mantener operativo el sistema de salud», explica Felipe Tapia. Este enfoque estratégico es clave para mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias.

Ambos científicos se conocieron en Alemania durante los momentos más críticos de la pandemia de COVID-19. «Trabajé en el Instituto Max Planck, desarrollando procesos más eficientes para fabricar vacunas. Esa experiencia fue crucial y ahora la estamos aplicando aquí, en Chile», relata Tapia . Por su parte, Fuhrhop destaca la importancia de aplicar soluciones locales, «la pandemia nos enseñó que la autosuficiencia en salud es esencial para proteger vidas».

El legado de la producción de vacunas en Chile

Chile tiene una larga historia en la producción de vacunas, desde las primeras vacunas antirrábicas en 1887 hasta la contribución nacional a la erradicación de la viruela en 1978. Sin embargo, la falta de inversión llevó al cierre de estas actividades. Este proyecto experimental busca reactivar ese legado y posicionar a Chile como un referente en biotecnología.

«Queremos demostrar que Chile tiene el talento y la capacidad para liderar en esta área. A través de este laboratorio experimental, no solo buscamos generar conocimiento, sino también abrir nuevas oportunidades para la ciencia y la tecnología en el país», concluye Carlos Fuhrhop.

Puedes conocer más sobre la historia de estos dos exalumnos de la USM que buscan recuperar la producción de vacunas nacional, en el cuarto capítulo de Mentes sin Fronteras, una iniciativa de la casa de estudios que busca visibilizar el impacto global de sus egresados, en el siguiente enlace.

Fuente: Noticias USM

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