La generación de programas de prevención y promoción en las instituciones son claves para avanzar en esta temática.

En la actualidad, no existe un concepto único de salud mental.  Por una parte, la Asociación de Psicología Estadounidense (APA) la define como un estado mental caracterizado por el bienestar emocional, buen ajuste conductual, relativa ausencia de ansiedad y de síntomas incapacitantes. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera como un estado de bienestar en el que el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de contribuir a su comunidad.

Horacio Salgado, psicólogo y académico de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales UCSC, aseguró que las definiciones anteriores, y otras que se han formulado en la última década, comparten la perspectiva de que las personas que «gozan de salud mental —digamos, de una buena salud mental—, son capaces de lidiar con las dificultades de la vida, de adaptarse conductualmente a su entorno social y de establecer relaciones constructivas con otras personas», comentó.

Los factores de riesgo para la salud mental varían a lo largo de la vida y pueden interactuar de manera compleja con otras variables. Tales factores de riesgo pueden ser hereditarios o ambientales.

De este modo, el académico explicó que «entre los factores de riesgo específicos se mencionan: el tabaquismo y el alcohol durante el embarazo, la negligencia infantil, la pobreza, el desempleo y el aislamiento social, que afectan en diferentes etapas de la vida. Hay factores que las personas no pueden controlar, por lo que las ciencias que se preocupan de la salud mental buscan identificar factores controlables para aquellos incontrolables».

Señales de alerta

En cuanto a las señales de alerta, Salgado mencionó que «se deben considerar dos dimensiones: malestar psicológico y desregulación emocional. Las señales de malestar psicológico pueden incluir manifestaciones ansiosas y/o depresivas, y que se pueden presentar a nivel afectivo, cognitivo o conductual».

«Por ejemplo, ataques de pánico, ansiedad, llanto, tristeza, insomnio, despertar precoz o dificultades para conciliar el sueño, pérdida de apetito, aislamiento, entre otras. Las señales de desregulación pueden ser, por ejemplo, conductas inadecuadas a la situación, llanto fácil, discusiones o peleas en el ámbito familiar o laboral, entre otras», señaló.

Promover la salud mental

El psicólogo propone tres niveles en los que las organizaciones pueden promover la salud mental de sus trabajadores, donde destacó que «en el nivel de gestión, los líderes y directivos deben comprometerse a crear un clima organizacional positivo. En el nivel estratégico, deben establecerse protocolos claros y estrategias evaluables para la promoción y prevención de problemas de salud mental, así como acciones concretas para situaciones específicas».

Existen riesgos laborales que pueden afectar la salud mental. En Chile, durante una década aproximadamente, la Superintendencia de Seguridad Social instruyó la aplicación de un instrumento en las empresas denominado ISTAS 21. Desde el 2023, se debe aplicar el Cuestionario de Evaluación de Ambientes Laborales CEAL-SM SUSESO.

Respecto a este instrumento, el académico enfatizó que «permite detectar riesgos asociados a distintas dimensiones que pueden repercutir en la salud mental de los trabajadores de una organización, por ejemplo, la carga de trabajo, las exigencias emocionales, el desarrollo profesional, el reconocimiento y claridad de rol, el conflicto, la calidad del liderazgo, la inseguridad en las condiciones de trabajo, el equilibrio trabajo y vida privada, la vulnerabilidad, la violencia y el acoso».

Salgado aseguró que «es importante hablar de salud mental laboral, ya que esto permite establecer protocolos y lineamientos promocionales y preventivos. También, porque facilita que quienes trabajan en una empresa sepan y tomen nota de la importancia de su salud mental. Lo anterior, pues a veces las personas no cuentan con la posibilidad de detenerse en estos ámbitos de su vida y puede ser toda una inversión para el bien de las personas y de las empresas en que ellas desempeñan su labor».

Realidad país y desafíos

Chile ha progresado notablemente en término de una institucionalidad ocupada en estos aspectos, sin embargo, para el académico «no todas las empresas han comprendido desde el nivel gerencial qué es lo relevante y cómo se requiere intervenir. Las organizaciones se han hecho un enorme daño al no contar con los apoyos adecuados en estos ámbitos. Han sucumbido, en muchas oportunidades, a realizar intervenciones que no tienen ninguna base científica. Lo anterior repercute finalmente en las personas, en su salud mental, y en la productividad misma de la empresa, en diversas dimensiones».

El académico UCSC afirmó que «los principales desafíos que se enfrentan tienen relación en que las empresas cuenten con programas de intervención basados en evidencia. Si se posee un diagnóstico, producido a través de un instrumento confiable y válido que garantiza información valiosa para la toma de decisiones, tales decisiones deben estar a la altura de eso. Asimismo, hay desafíos en la generación de programas promocionales y preventivos basados en evidencia».

En cuanto a las recomendaciones para el cuidado de la salud mental, el académico detalló que «es importante estar alerta a los factores que pueden derivar en una mala salud mental, así como también fortalecer factores que contribuyen a una buena salud mental como las conexiones saludables con otros, contar con apoyo social y sistemas de apoyo social, un empleo significativo y seguro, oportunidades de desarrollo educativo, acceso a atención de salud física y mental, la creación de entornos inclusivos, entre otros».

«Hay otros de orden más personal, tales como participar en actividades con otras personas, efectuar actividad física, alimentarse de manera saludable, dormir lo necesario, contar con relaciones familiares positivas, con amistades, entre varias otras», concluyó.

Fuente: Noticias UCSC

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