Facilitar el diagnóstico médico de enfermedades relacionadas con la alteración de la viscosidad sanguínea, como la hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, diabetes y anemias, es uno de los objetivos de Hemovisc, un viscosímetro de muestras de sangre basado en microfluídica, desarrollado en el Instituto de Física de la PUCV, por la académica Dra. Claudia Trejo y el estudiante de doctorado en Ciencias Físicas, Pablo Silva.

Recientemente, el equipo de investigación, en conjunto con la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, alcanzó un nuevo hito al solicitar una patente para la tecnología, que actualmente se encuentra en un nivel de madurez tecnológica TRL-4.

Nacida en el marco del proyecto VIU21P0082, Hemovisc utiliza un chip microfluídico consumible que se inserta en el equipo, automatizando la medición de la viscosidad de la muestra sanguínea y mostrando los resultados en una pantalla integrada.

Es importante destacar que el desarrollo de la tecnología involucró diversas disciplinas, desde electrónica y programación hasta reología, y contó con el apoyo del estudiante de pregrado Alejandro Rozas y de la profesora de la Escuela de Tecnología Médica, Carolina Cantillana.

PROCESO DE DESARROLLO: INNOVACIÓN Y COLABORACIÓN

El desarrollo de Hemovisc comenzó en 2019 como parte del trabajo de magíster de Pablo Silva. A partir de ahí, el proyecto evolucionó con el apoyo del proyecto de Valorización de la Investigación Universitaria (VIU), logrando una validación técnica del prototipo. “Fue un proceso complejo, que no estuvo exento de dificultades. Se tuvo que diseñar y construir todos los subsistemas del equipo y su funcionamiento en conjunto, así como trabajar en la optimización de los sistemas”, señaló Silva.

Por su parte, Claudia Trejo señaló las dificultades de trabajar en un entorno de investigación aplicada, donde el aprendizaje en innovación, negocios y la interacción con abogados fue todo un desafío. “Ha sido un trabajo largo, intenso y continuo. Los procesos de validación de cada parte del dispositivo y sus resultados han sido un desafío, y hasta hoy seguimos mejorando sus funcionalidades”.

IMPORTANCIA DE LA SOLICITUD DE PATENTE

La solicitud de patente no sólo significa proteger la tecnología, sino también avanzar hacia la consolidación de este equipo como una herramienta diagnóstica útil en el ámbito médico. Según Pablo Silva, contar con una patente es un logro personal y profesional, ya que representa haber transformado una idea en una herramienta real que antes no existía. «Una patente nos otorga derechos exclusivos para seguir desarrollando la tecnología a corto y mediano plazo, en función de superar el estado tecnológico actual para pensar luego en una posible transferencia. Además, una patente es una manera de retribuir a la sociedad, dado que implica ofrecer una tecnología o técnica que no existía, por lo cual ayuda a promover el progreso científico y tecnológico en Chile”, explicó.

EL ROL DE LA OTL PUCV EN EL PROCESO

La Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de la PUCV ha sido un actor clave en este proceso. Vania Badilla, coordinadora de la OTL, explicó que desde el inicio del proyecto VIU se trabajó en la protección intelectual, resguardando la novedad del desarrollo tecnológico para evaluar una posible patente. En un principio, la evaluación inicial apuntaba a un registro como Modelo de Utilidad, pero con el avance de la investigación se logró presentar la solicitud de patente 202402689. Además, se registraron las marcas comerciales Hemovisc para el dispositivo y Biorhemi con miras a un futuro spin-off. También se elaboró y registró un Manual de Uso de la tecnología, lo que robusteció aún más la estrategia de protección,» detalló.

La OTL también brindó apoyo en la creación de un modelo de negocio para Hemovisc, considerando aspectos como la propuesta de valor, el segmento objetivo y la estrategia de transferencia tecnológica. Según Vania, «ver cómo un desarrollo tecnológico de tantos años avanza con una estrategia sólida de protección intelectual y un plan de negocios bien definido es muy gratificante.»

PRÓXIMOS DESAFÍOS

Aunque la tecnología ya opera a escala de laboratorio, los próximos pasos incluyen un mayor desarrollo ingenieril y la validación en entornos médicos reales. Además, se busca ampliar el grupo de investigación e incorporar nuevas capacidades, vale decir, generar colaboraciones que nos permitan avanzar desde un punto de vista multidisciplinario. “Así mismo, en paralelo a este desarrollo debemos generar asociaciones con distintas instituciones o centros para lograr validar esta tecnología en entornos relevantes. Para alcanzar estos hitos, sin duda, necesitaremos levantar el capital necesario mediante distintos instrumentos públicos y/o privados”, señalaron los investigadores.

Fuente: Noticias PUCV

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