En solo tres años, la ciudad china de Shenzhen electrificó toda su flota de buses del transporte público, siendo a finales de 2017 la primera localidad del gigante asiático en conseguirlo. Actualmente, son cerca de 16 mil máquinas y 5 mil puntos de carga los que permiten movilizar a los 12 millones de personas que habitan esta megalópolis.
Según estimaciones oficiales, este cambio permite a la ciudad ahorrar un 73% más de energía que con los autobuses diésel, utilizando 345 mil toneladas menos de combustible por año, lo que implica reducir sus emisiones de dióxido de carbono en 1,35 millones de toneladas anuales.
Uno de los motores de la transformación eléctrica en Shenzhen es la empresa BYD, encargada de proveer estos buses de última tecnología, que también opera en otras grandes ciudades del mundo, como Londres y Budapest. En este contexto, nuestro país ha establecido importantes vínculos con la compañía, alcanzando dos acuerdos: uno con Enel y otro con la USM.
El primero consiste en la adquisición de 100 buses eléctricos por parte de la empresa de distribución eléctrica, que serán integrados al sistema de transporte público de la Región Metropolitana a través de Metbus, uno de los operadores del ex Transantiago. El segundo, en tanto, consta del arriendo de un bus con capacidad para 22 personas que la USM utilizará para realizar dos funciones: traslado de estudiantes y laboratorio de investigación.
Mauricio Osses, profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Casa de Estudios, explica que “nuestra intención es tener este autobús New K7U de BYD totalmente equipado e instrumentado con sensores y dispositivos que entreguen información en línea, de manera que cualquier persona pueda saber dónde se encuentra el bus, en qué estado está su batería, cuánta carga consumió, etc.”.
“Asimismo, queremos conectar esta iniciativa con el proyecto de instalación de paneles solares en la Universidad, para también establecer qué porcentaje de la carga proviene de energía producida en nuestros campus y sedes”, agrega Osses, quien además es investigador del Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVAL).
Buses y profesionales del futuro
Financiado por Corfo y The Clover Ingeniería 2030, el convenio entre la USM y BYD contempla el arriendo, desde 2019 y por dos años, del bus New K7U, vehículo de 8,75 metros de largo que puede alcanzar hasta 70 km/h y tiene una autonomía de 200 kilómetros. También considera la entrega de cargadores, que serán instalados por Enel y Chilquinta en los Campus San Joaquín y Vitacura, además de la Sede Viña del Mar de la USM.
Para el profesor Osses, “esta iniciativa nos entrega una partida para la intercomunicación entre la Universidad y el transporte público, ya que podremos ofrecer al Transantiago la experiencia, capacitación y los resultados de investigaciones que surjan del trabajo con esta tecnología. Esto es importante, porque el próximo año habrá 200 buses de este tipo en la capital, pero se espera que antes de 2030 toda la flota ya sea eléctrica”.
Otro de los compromisos en el convenio marco entre la USM y la empresa china fue la capacitación de cinco profesores, quienes viajaron a Shenzhen durante septiembre para profundizar sus conocimientos sobre la integración y desarrollo de tecnologías de electromovilidad.
Sobre la visita al país asiático, Javier Eguren, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Institución, señala que esta “tiene una gran importancia, ya que permite potenciar la investigación, proyección y vinculación de la Universidad a nivel internacional, entregándonos la posibilidad de conocer in situ, con un fabricante experimentado, las normativas y métodos de fabricación de vehículos eléctricos”.
En la misma línea, José Núñez, apoyo académico del Departamento de Ingeniería Mecánica de la USM, agrega que “este viaje contribuye a la actualización de las mallas de las carreras de Técnico Universitario en Mecánica Automotriz, que se imparten en las Sedes Viña del Mar y Concepción, en las que se está trabajando con la Agencia Chilena de Eficiencia Energética a fin de incorporar una nueva asignatura de electromovilidad para el 2020”.
“Además, la capacitación nos facilita la generación de cursos, diplomados para formar a los técnicos e ingenieros que deseen conocer e incorporar esta nueva tecnología a su vida laboral”, añade Núñez.
En este contexto, para Javier Eguren la adopción de la electromovilidad forma parte de una transición natural, ya que “es una tendencia a nivel mundial, que permite en lo inmediato la reducción de partículas contaminantes. Si bien hay que asegurar también que la energía eléctrica utilizada provenga de energías renovables, la electricidad está a la altura del desafío y en Chile existen diversas fuentes de energías renovables”.
Reportaje publicado en el tercer número de nuestra revista USM Technology Review. Mira la revista acá.
Fuente: Noticias USM.