rector Sergio Lavanchy 7Prácticamente todos los análisis predicen que 2014 será un año extremadamente interesante desde la perspectiva política y social, dado el cambio de gobierno y el antecedente de lo que han sido estos últimos tres años en el mundo, marcados por movimientos como el de los estudiantes en Chile, la llamada “Primavera Árabe”, en Oriente Medio, y los “indignados”.

Por cierto, todo ello conforma un escenario lleno de incertidumbres para quienes nos gobernarán y para el país en general. Ciertos paradigmas muy asentados durante años, y que en definitiva pertenecen a esquemas sociopolíticos nacidos dentro de la lógica de la Guerra Fría, ya no sirven para entender fenómenos como el desinterés por votar, o la creciente influencia de algunos sectores de la ciudadanía, que se expresa a través de las redes sociales.

Por ello es deseable y necesario que quienes asumirán la administración del país a contar de marzo de 2014, sepan comprender e interpretar adecuadamente la forma en que han cambiado los esquemas de participación y las demandas en un país que busca acercarse al desarrollo y en el cual gran parte de la ciudadanía ya no requiere tan solo la satisfacción de necesidades básicas, aunque aún subsisten amplios sectores de Chile que carecen de servicios mínimos, sino que aspira a cambios sustantivos en aspectos como educación, previsión y salud, fenómeno estudiado y descrito por Abraham Maslow en su obra “A Theory of Human Motivation”.

En otras palabras, lo que pide la ciudadanía ya no es el mínimo exigible, sino un trato solidario, justo y exento de abusos en esos y otros ámbitos. En dicho contexto, esperamos que las nuevas políticas públicas para la Educación Superior tengan en consideración que dentro de las aspiraciones de un importante sector de la educación terciaria se encuentra el fortalecimiento no sólo de las universidades que pertenecen al Estado, sino también de aquellas que, con un estatuto jurídico diferente, cumplen una función pública innegable, como sucede con las universidades que integran la Red Universitaria G9, pertenecientes al Consejo de Rectores y que no son propiedad del Estado, como las Universidades de Concepción, Austral y Técnica Federico Santa María; las Pontificias Universidades Católicas de Chile y de Valparaíso, y las Universidades Católicas de la Santísima Concepción, del Norte,  del Maule y de Temuco.

Quienes pertenecemos a estas universidades, ocho de ellas ubicadas en regiones, y que concentran casi el 45% de la matrícula del Consejo de Rectores, creemos que se debe apoyar decididamente y de igual forma a las veinticinco universidades que pertenecen al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, por cuanto nadie podría dudar del rol social e igualitario que cumplen, de la generación de bienes públicos que cada una de ellas realiza, de la forma en que todas entregan arte, cultura y esparcimiento a sus comunidades, ni del aporte que efectúan al país al preparar a miles de profesionales,  además de postgraduados y científicos.

 

Sergio Lavanchy Merino

Rector de Universidad de Concepción

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