Columna de opinión del Rector Cristhian Mellado, de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, publicada en Diario Concepción, el 22 de mayo de 2022.

La descentralización del país es un proceso que llegó para quedarse. Así lo demuestran los avances que se han observado en este ámbito, de forma transversal, en las últimas administraciones de Gobierno, lo que se ha traducido en crecientes cambios en la forma en que establecen las relaciones de poder entre las regiones y el centro del país.

Procesos como la primera elección democrática de gobernadores regionales, el traspaso de competencias desde los ministerios a los gobiernos regionales y la propuesta de la Convención Constitucional, que plantea el establecimiento de un Estado regional, son algunas de las señales que dan cuenta de la fuerza que ha tomado esta materia en Chile.

Frente a ello, es fundamental recalcar la importancia que las universidades tienen en el fortalecimiento y consolidación de un proceso de esa naturaleza, tomando en cuenta su misión en la sociedad y la forma en que, específicamente, pueden contribuir al desarrollo regional. Un buen ejemplo de esto es que las Universidades que integran el CRUCH Biobío-Ñuble (Universidades de Concepción, Católica de la Santísima Concepción, del Bío-Bío y Técnica Federico Santa María), cuentan con una matrícula actual que supera los 55 mil estudiantes.

Y es que contar con mayores cuotas de poder local y, a la vez, mayores responsabilidades, es una tarea que debe ir acompañada del conocimiento, innovación y vinculación con el medio que aportan las casas de estudios superiores.

En el caso de Biobío, lo anterior queda de manifiesto en la actual Estrategia Regional de Desarrollo, que señala que al 2030 la Región aspira a ser un referente nacional en desarrollo sostenible, así como en la articulación entre calidad de vida, competitividad, resiliencia, inclusión, equidad social e integridad territorial, donde mujeres y hombres puedan desplegar plenamente sus aspiraciones, sueños y capacidades.

Aquello es coherente con la misión definida por instituciones como la Universidad Católica de la Santísima Concepción, que desde su identidad católica y la comprensión de los desafíos del mundo contemporáneo forma personas integrales, genera conocimiento e innova, con un alto compromiso con la calidad, su comunidad y el medio ambiente, con miras al desarrollo y bienestar de la sociedad desde las regiones de Biobío y Ñuble.

La concordancia de la Estrategia Regional de Desarrollo y el rol que cumple la educación superior tiene un reflejo práctico en la forma en que las universidades desarrollan diversas iniciativas en áreas que aportan al crecimiento y la competitividad regional. Un reciente ejemplo es la aprobación por parte del Gobierno Regional de Biobío de ocho proyectos presentados por parte de la UCSC al Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R), con lo que la institución abordará brechas detectadas en temas vinculados a energía, recursos hídricos, educación, salud, industria creativa, economía y turismo.

El respaldo a este tipo de iniciativas tanto en Biobío como en Ñuble es una muestra clara de la confianza de las autoridades regionales en las capacidades instaladas en las instituciones universitarias -tanto en el plano académico, como en la investigación y vinculación con el medio- con el objetivo de aportar respuestas concretas a problemáticas de alta relevancia para los territorios locales.

Aquello resulta muy importante para el presente y futuro local, además de ser un reconocimiento al valor que tiene la diversidad de los proyectos universitarios arraigados en nuestras regiones, así como al rol fundamental que las instituciones de educación superior tienen para avanzar en el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de la zona y el país en general.

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