A dos años de la movilización feminista que se extendió a prácticamente todas las universidades del país, las instituciones que integran la Red G9 evalúan los avances que han implementado en materia de equidad de género.

Dado el nuevo escenario de virtualidad y el uso de distintas plataformas para los procesos formativos y de interacción, las instituciones educativas también han iniciado campañas tendientes a fomentar el respeto de las personas en los entornos digitales.

El año 2018 marcó un antes y un después para las instituciones de educación superior del país en materia de género. Las manifestaciones feministas se extendieron por todo el país, colocando en el centro del debate la necesidad de abordar las denuncias de acoso, entregando apoyo y acompañamiento a las víctimas y sancionando a quienes cometen estos actos. Asimismo, se interpeló a la institucionalidad educativa, instando a avanzar en una educación no sexista y evitar desigualdades y violencia de género en el ámbito universitario.

Las universidades que integran la Red G9 evalúan los avances que han realizado en torno a esta materia, lo que se traduce en la implementación de políticas, reglamentos y protocolos, relevar su rol en la estructura organizacional de las casas de estudio mediante la implementación de Direcciones y Comités de Género, así como la creación de unidades que acojan las denuncias, brinden asesoría y acompañamiento a las víctimas.

Desde el 2015 la Universidad Austral de Chile cuenta con instancias como el Comité Paritario de Género y Diversidad y con una Política para la prevención, investigación y sanción del acoso, la violencia y la discriminación (AVD) en la Comunidad Universitaria, a partir de la cual se crearon dos Reglamentos dirigidos a la investigación y sanción del AVD (uno destinado sólo a relaciones entre estudiantes y otro para resolver los conflictos que se susciten en el resto de la comunidad universitaria). A ello se suman las Comisiones encargadas de la instrucción de investigaciones y las sanciones previstas por los Reglamentos, así como las Secretarías Ejecutivas en cada Sede y Campus, que sirven como punto de contacto entre la Comisión y el resto de la comunidad.

Tras las movilizaciones del 2018, la UACh ha impulsado acciones educativas y de prevención, incorporando las demandas del movimiento feminista, a fin de contribuir en la construcción de una comunidad más justa e inclusiva. En ese sentido, se ha implementado un programa denominado: “Cambiar es Avanzar: igualdad y conciencia de género”, el cual busca generar un cambio cultural en la comunidad universitaria.

En la misma línea, la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) comenzó -a fines del 2016- a avanzar en equidad de género, conformando un equipo de trabajo que tuvo por objetivo crear un Protocolo para la sanción de conductas de violencia de género, instancia que se oficializa en 2017. Tras un trabajo triestamental, en junio del 2018 se promulgó el Protocolo para la Prevención y Sanción de Conductas de Acoso Sexual, Discriminación y Violencia de Género, el cual fue diseñado para formalizar acciones de prevención, investigación y sanción de estas conductas.

Ello dio paso a la implementación de la Unidad de Equidad de Género, que desarrolla su quehacer en actividades de promoción, prevención, capacitación, atención, asesoría clínica y recepción de denuncias, entre otras acciones.

Gonzalo Fuster, Director General de Docencia USM, indica que “sin duda, uno de los avances más importantes que ha desarrollado nuestra Institución en estas materias, ha sido la creación de la Unidad de Género e Inclusión, entidad que ha apoyado la integración de estas temáticas en áreas de formación, prevención y atención de situaciones de acoso sexual, discriminación y violencia de género. En este mismo tenor, la creación del protocolo interno para prevenir y sancionar la violencia de género ha significado un importante avance en la modernización de los procesos internos, que nos ha permitido mejorar nuestro funcionamiento institucional con la normativa vigente, a nivel nacional e internacional, y en concordancia con los cambios socioculturales actuales. Igual de importante ha sido el compromiso personal que ha tomado toda nuestra comunidad universitaria, en cada uno de sus campus y sedes, para seguir mejorando y avanzando en este cambio cultural tan necesario para nuestra sociedad”.

La Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) también había avanzado con una agenda de género previo a las movilizaciones, iniciativas que tomaron un nuevo impulso a partir de las acciones de las mujeres estudiantes autoconvocadas.

Es así como desde 2018 a la fecha han efectuado una serie de actividades, con un foco transversal a todos los integrantes de la Universidad, entre las que se cuentan la aprobación de la Política de Convivencia y Prevención de la Violencia, el Protocolo de Acoso Sexual, Violencia de Género y Discriminación Arbitraria, la constitución de un Comité de Género y la implementación de equidad de género en cargos directivos y en diversas otras áreas.

Equidad, inclusión y perspectiva de género

Una preocupación importante de las instituciones de la Red G9 ha sido formalizar en la estructura organizacional instancias que aborden estas temáticas, relevando su importancia y dando respuesta a las demandas planteadas por sus comunidades.

En ese contexto, a fines del 2018 la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) creó la Unidad de Inclusión y Género, dependiente de la Vicerrectoría Académica y que está encargada de diseñar, coordinar e implementar programas educativos y académicos que ponen en práctica una política institucional de equidad e inclusión, incluyendo distintas áreas. Una de ellas es el Programa Equidad de Género, que busca incorporar la perspectiva de género en los diversos ámbitos universitarios, con el objetivo de construir relaciones equitativas al interior de la Institución y prevenir este tipo de violencia.

A ello se suma el trabajo de la Comisión para la Prevención y Acompañamiento en conductas de Acoso, Hostigamiento, Violencia y Discriminación Arbitraria, organismo que recibe casos y ejecuta sanciones a partir del reglamento aprobado el mismo año.

A su vez, la Universidad de Concepción (UdeC) creó la Dirección de Equidad de Género y Diversidad y constituyó -en junio de2018- mesas de negociación que contaron con la participación del Rector Carlos Saavedra, así como autoridades universitarias y mujeres representantes estudiantiles donde, tras jornadas de diálogo, debate y reflexión, se tomaron acuerdos para avanzar en la creación e instalación de iniciativas de igualdad al interior de la comunidad educativa. Los ejes se centraron en el funcionamiento de dicha Dirección, la educación no sexista y la situación de madres, padres, tutoras o cuidadoras.

La situación de desigualdad de género fue abordada por la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), mediante la implementación -en 2018- de la Comisión Mujer y Academia II, conformada por académicos/as, profesionales y representantes del cuerpo estudiantil. Dicha instancia propuso medidas concretas para el avance de la carrera académica de las mujeres, las que fueron aprobadas por el Honorable Consejo Superior. Al año siguiente se crea la Dirección de Equidad de Género (DEG), dependiente de la Vicerrectoría Académica y en diciembre de 2019 se establece el Consejo Asesor de dicha instancia, con el propósito de contribuir en el proceso de institucionalización de la equidad de género al interior de la UC.

En tanto, la Universidad Católica del Norte (UCN) elaboró un Protocolo para la prevención, sanción y reparación frente a casos de violencia de género, que entró en vigor en abril del 2019 y que estableció la creación de una Dirección de Género cuyas funciones son, entre otras, impulsar políticas, planes y normativas con perspectiva crítica de género que favorezcan la transformación sociocultura, así como gestionar procesos formativos, reeducativos e instancias de promoción, acciones de prevención contra la discriminación arbitraria, acoso sexual y violencia de género y garantizar la atención oportuna y acompañamiento integral.

La abogada Alejandra Pozo Cortez lidera la Dirección de Género UCN y expresa que “valoramos y relevamos como avance el acercamiento con diversas/os estudiantes y la comprensión a cabalidad de las diversas realidades y situaciones que les afectan, sea en su condición de vulnerabilidad social o afectación por violencia de género o su condición de madres y padres o de pertenencia a alguna etnia, etc. Esa diversidad nos insta a la búsqueda de soluciones con mirada inclusiva, con enfoque de derechos humanos, con perspectiva de género e integrando los valores del Humanismo Cristiano”.

En el mes de junio de 2019, la Universidad Católica de Temuco (UCT) promulgó una Política que contiene siete lineamientos estratégicos orientados, por una parte, a institucionalizar la perspectiva de género en todas sus áreas de desarrollo y, por otra, a generar los mecanismos necesarios para avanzar en la erradicación de brechas y desigualdades basadas en la diferencia sexual. Para avanzar en estos propósitos, en enero de 2020 se creó la Dirección de Género, unidad funcional dependiente de Rectoría, que lidera la implementación integral y sistemática de la política institucional. Así, la Universidad se ha comprometido a promover la equidad en los ámbitos de docencia, investigación, extensión, y a favorecer una vida universitaria libre de cualquier manifestación de violencia basada en el género. «Uno de los lineamientos centrales de la Política es la Prevención y sanción de todas las formas de violencia de género (Tolerancia cero el acoso sexual). Para este efecto, se ha formulado un Protocolo de Actuación frente a casos de Violencia de Género que está iniciando su proceso de difusión al interior de la comunidad universitaria. Además, la Dirección cuenta con una Oficina de atención y acompañamiento (OAA) para personas afectadas por violencia, que requieran asesoría legal y/o acompañamiento psicológico especializado, a la vez que implementa espacios de prevención y promoción de relaciones de género libres de violencia», señaló la directora de Género de la UCT, Dra. Ma. Cecilia Fernández.

Denuncias y acompañamiento en pandemia

La Universidad Católica del Maule (UCM) aprobó el Protocolo de actuación ante conductas de acoso sexual dentro de la comunidad universitaria, en base al cuál se ha actuado cada vez que se presentan denuncias, independiente de la modalidad que la Universidad esté impartiendo sus actividades.

En el último tiempo, si bien no se han recibido denuncias de este tipo, se han centrado en dar seguimiento a casos anteriores con apoyo psicológico a través del Departamento de Salud Estudiantil. Para dicha labor se ha implementado el trabajo con modalidad online, por distintas plataformas (Teams, Zoom o Skype) y también vía telefónica.

La Dirección de Apoyo a los Estudiantes de la UCSC mantiene atención a distancia, de manera telefónica, correo electrónico y videoconferencias. Asimismo, llevan a cabo charlas y tallares en diversos temas.

Dada la emergencia sanitaria, la USM estableció, tanto para las atenciones y asesorías clínicas como para capacitaciones el uso de plataforma Zoom con la finalidad de mantener el acompañamiento y seguimiento como el espacio de capacitación. Además, se abrieron instancias para contención y orientación del estudiantado con diversas temáticas relevantes para el contexto actual y el avance de temas de equidad de género.

La Dirección de Equidad de Género y Diversidad UdeC puso a disposición de su comunidad universitaria nuevas vías de comunicación directa y segura que permite mantener la atención individual y el acompañamiento psicológico por medio de la comunicación virtual. La psicóloga de la Unidad de Denuncia, Acompañamiento y Reparación, Doris García Kurt, señala que “los primeros días de confinamiento producto de la pandemia fueron de adaptación, siendo el contacto con las personas consultantes y en atención a través de correo electrónico o llamada telefónica. En la actualidad las atenciones tienen un formato que llamaría semipresencial, con un contacto remoto en directo con todas las características que tiene normalmente una atención psicológica menos la presencialidad. De esta forma se ha podido mantener continuidad en los procesos, lo que es muy importante”.

La pandemia ha incrementado también las dificultades para el trabajo académico y con mayor fuerza ha impactado a las profesoras con labores de cuidado de niños pequeños y de adultos mayores.  En este contexto, la UC elaboró una guía con recomendaciones para resguardar la conciliación entre la vida académica y la vida personal-familiar en contexto Covid-19.  Así, también, “se encuentra en etapa de diseño final, una encuesta que busca medir el impacto del confinamiento en académicos y académicas de la UC. Se espera, con la información levantada, construir una guía de orientaciones y sugerencias que promueva buenas prácticas en contextos de confinamiento y de equidad de género en la comunidad académica, con un foco especial en carrera académica”, indica Silvana Zanlungo, Directora de Equidad de Género de esta casa de estudios.

¿Qué pasa con los entornos digitales?

Dado el nuevo escenario de virtualidad y el uso de distintas plataformas para los procesos formativos y de interacción, las instituciones educativas también han tomado acciones para abordar estas situaciones e iniciado campañas tendientes a fomentar el respeto de las personas en los entornos digitales.

En la PUCV se han planteado instancias colectivas o campañas comunicacionales para crear conciencia en la comunidad educativa respecto a las formas en que puede manifestarse la violencia de género en los entornos virtuales, generar prácticas de autocuidado y de seguridad digital y, a partir de esto, construir comunidades educativas más seguras en este nuevo funcionamiento completamente online.

Muchas veces las formas de violencia de género que se presentan virtualmente pueden escapar de la posibilidad de investigación y sanción de las universidades, o incluso la sanción no asegura que este tipo de violencias se sigan cometiendo, indican desde la PUCV. Por ello se han centrado los esfuerzos en educar y sensibilizar a la comunidad para prevenir este tipo de situaciones, así como generar una institución preparada y segura que pueda acoger, proteger y orientar correctamente a las víctimas de este tipo de violencia.

En la UCM señalan que se han presentado denuncias por funas, principalmente a través de redes sociales, las que se han canalizado a través del Departamento Jurídico y se ha orientado a vías legales en los casos más graves, en tanto que para otros se han instruido investigaciones internas. En todos los casos se cuenta con acompañamiento psicosocial a las víctimas.

Por su parte, la UACh ha impulsado una Campaña denominada “Buen Trato en entornos digitales” a cargo de profesionales de diversas áreas y que han desempeñado un trabajo en estrecha relación con las dinámicas de igualdad, género, diversidades y no discriminación. A través de esta campaña se han levantado trabajos de visibilización triestamental y se elaboró un Manual de Buen Trato en Entornos Digitales, así como instancias específicas de conversación guiada o mediación en situaciones de conflicto, para abordar determinados problemas que han surgido en el contexto de la actual emergencia sanitaria, fomentando el diálogo y la colaboración de las partes involucradas.

Reconociendo el cambio que involucra el trabajo no presencial y estudio online, además de los efectos del confinamiento especialmente en el aumento en el uso de las redes sociales, las universidades que integran la Red G9 han reforzado la labor preventiva, con charlas y conversatorios, abordando la ciberseguridad, el ciberacoso y cómo podemos protegernos de eventuales situaciones de acoso y violencia a través de las plataformas digitales, donde lo fundamental es el respeto y el autocuidado.

Comunicaciones Universidades de la Red G9.

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