La Ley de Presupuestos 2017 para la Educación Superior, si bien tiene algunos aspectos positivos, como la incorporación de estudiantes de CFT e IP sin fines de lucro a la política de gratuidad, exhibe aspectos muy preocupantes para los planteles que integramos el CRUCh, y en especial para las universidades públicas no estatales (G9).
Encabeza la lista de nuestras inquietudes el congelamiento de la gratuidad en las universidades, así como el inaceptable crecimiento del CAE, instrumento con el que nunca concordamos, y que se ha convertido en un lamentable espectáculo de endeudamiento de las familias y de gasto público mal enfocado.
Pero sobre todo nos alarma lo referido a los financiamientos basales del CRUCh, que disminuyen para las universidades del Estado, pero principalmente para las universidades del G9.
Esta medida es, a nuestro juicio, un nuevo intento por modificar la política pública vía Ley de Presupuestos, desconociendo los compromisos contraídos por el Ejecutivo en los ítems referidos a nuestras universidades. Por una parte, se elimina el Aporte Fiscal Indirecto (AFI) sin compensarlo en el Fondo Basal por Desempeño —como se hizo en el presupuesto 2016— y, por otra, no se incrementa en lo que corresponde el Aporte Fiscal Directo, según el compromiso de aumentarlo en un 5% anual por 10 años.
Este incumplimiento de los acuerdos adquiridos por el Ejecutivo significará a las universidades una merma significativa en financiamientos basales de largo plazo, afectando la estructura presupuestaria de las instituciones y al sistema universitario en su conjunto. El análisis preliminar de otros ítems del proyecto de ley muestra además que los recursos para las entidades no estatales quedarán severamente reducidos o tendrán crecimientos que ni siquiera compensan la pérdida por inflación.
Si bien valoramos el término del AFI como mecanismo de asignación de recursos, nos preocupa desconocer el nuevo destino de estos fondos. Es de esperar que no subvencionen el CAE u otras formas indirectas de financiamiento del mercado de la educación superior.
Y es de esperar también que este lamentable problema, que se reitera año a año, sea oportunamente corregido durante la discusión del presupuesto, para no afectar aún más la ya compleja discusión sobre los financiamientos basales.
PUBLICADA en La Segunda / Jueves 10 de octubre de 2016
Óscar Galindo, Rector de la Universidad Austral de Chile